Ha pasado un tiempo desde la última vez que supiste de nosotros y han sucedido muchas cosas durante ese tiempo. Recuerdo la historia de la viuda de Sarepta, que estaba en su última onza de harina y gota de aceite cuando un hombre de Dios vino y pidió comida. ¡Te puedes imaginar lo conmocionada y molesta que estaba porque esta era su última comida que iba a cocinar, comer con su hijo y prepararse para morir de hambre!
Hace más de un año, como fideicomisarios de la Fundación Li Tim Oi, nos encontramos en el 'último bocado' de nuestros recursos, habiendo pagado las cuotas del primer año para los estudiantes que habíamos acordado apoyar, pero sin estar completamente seguros de cómo satisfaríamos las necesidades para el resto de sus cursos. Para nuestro asombro y alegría, el Señor nos proveyó a través de un legado generoso y hemos podido satisfacer todas las necesidades de esos estudiantes, por ahora.
"Por ahora" significa que seguimos contando con el apoyo de amigos de la Fundación, como tú, para ayudar a satisfacer las necesidades de las mujeres a las que damos subvenciones en la mayoría del mundo. Esto es para que puedan convertirse en agentes de cambio y transformación en sus propias iglesias, comunidades y diócesis. Seguimos sorprendidos de lo que hacen con los títulos que han cursado. Escuchamos sobre liderazgo visionario y ministerio fiel y valiente en las situaciones más desafiantes.
Planes para el futuro
La Fundación Li Tim Oi ha pasado por un período de revisión y discernimiento para ver cómo podemos apoyar mejor a más mujeres. Durante los últimos 20 años, hemos apoyado a más de 450 mujeres de alrededor de 20 países para una amplia variedad de roles, incluso como sacerdotes ordenados, evangelistas, asesores de alfabetización, trabajadores comunitarios y de salud, administradores diocesanos y muchos otros.
Sería maravilloso poder decir que ese apoyo ya no es necesario. Desafortunadamente, eso no es así. El estatus adecuado de la mujer aún no se reconoce lamentablemente en muchas culturas. Debido a los conflictos recientes, de alguna manera la necesidad es más urgente ahora que nunca. En muchos países existe un déficit de educación y formación aún mayor, especialmente para las mujeres, que todavía están infrarrepresentadas en los cursos de formación ministerial inicial y continua.
Hasta ahora, la Fundación se centró en la formación inicial en una amplia gama y diversidad de cursos, pero los Fideicomisarios se hicieron cada vez más conscientes de la escasez de mujeres en los niveles superiores (maestrías y doctorados). Reconocimos que si íbamos a permitir que las mujeres se convirtieran en líderes y futuras educadoras teológicas y para que alcanzaran puestos de alto nivel en otros campos, tendríamos que cambiar nuestras políticas. Estamos entusiasmados con lo que estos cambios significarán para las mujeres a las que apoyamos y creemos que ampliarán enormemente nuestro potencial para llegar a más mujeres.
1 Comentario
suzan ngonga
Febrero, 9, 2024Bien hecho por servir a Dios.